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Encyclopédie internationale
des histoires de l’anthropologie

¿Un “folklorista de ayer”? Un retrato de Raffaele Corso, entre etnografía jurídica, erótica y exótica

Maurizio Coppola

CNRS (Cesdip)

2024
Pour citer cet article

Coppola, Maurizio, 2024. “¿Un ‘folklorista de ayer’? Un retrato de Raffaele Corso, entre etnografía jurídica, erótica y exótica”, in Bérose - Encyclopédie internationale des histoires de l'anthropologie, Paris.

URL Bérose : article3226.html

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Publié dans le cadre du thème de recherche « Histoire de l’anthropologie italienne », dirigé par Giordana Charuty (EPHE, IIAC).

Résumé : Raffaele Corso (1883-1965) est l’une des figures de proue de l’histoire des disciplines anthropologiques en Italie dans la première moitié du XXe siècle. Tant en Italie qu’à l’étranger, en particulier dans les années 1920 et 1930, il fut un chercheur renommé dans le domaine du « folklore », qu’il définissait comme l’étude du popolino, c’est-à-dire des classes populaires urbaines ou rurales des sociétés dites « civilisées ». Il s’est également consacré à l’« ethnographie », entendue comme l’étude des peuples non-européens. Le présent article retrace les trajectoires intellectuelles et institutionnelles de Corso, depuis ses premières études évolutionnistes sur les survivances du droit coutumier. Il collabore avec Lamberto Loria à l’organisation de l’exposition ethnographique italienne à Rome en 1911 pour célébrer le 50e anniversaire de l’unification du pays en 1861. En dialogue avec l’ethnologue viennois Friedrich Salomon Krauss, les explorations folkloriques de Corso incluent un intérêt inattendu pour les pratiques sexuelles et érotiques.
À partir de 1922, il devient professeur d’« ethnographie » à l’Istituto Orientale di Napoli (la première chaire du genre à être créée en Italie) et contribue de manière significative au processus d’institutionnalisation et de consolidation de la discipline dans son pays. En témoignent les multiples réimpressions de son ouvrage Etnografia. Prolegomeni (Ethnographie : Prolégomènes, 1941), conçu comme manuel d’enseignement pour les étudiants. En février 1935, Corso se rend en Libye pour étudier les coutumes et traditions des Touaregs dans le cadre d’une mission soutenue et financée par le ministère des colonies. Il est l’un des architectes du processus de convergence qui conduit les sciences ethnographiques italiennes à embrasser les exigences idéologiques de la propagande fasciste d’un point de vue épistémologique. Cet engagement sur les fronts scientifique et politique a conduit à des confrontations entre Corso et les chercheurs italiens et étrangers qui étaient attentifs aux lacunes du champ ethnologique dans sa relation avec les sociétés nationalistes. Malgré son importance durant l’entre-deux-guerres, Corso subit une marginalisation progressive peu après, due d’une part à ses relations avec l’idéologie du régime fasciste, et d’autre part à la refondation des sciences ethno-anthropologiques qui éclipsèrent rapidement ses approches méthodologiques et théoriques jugées dépassées.

La obra de Raffaele Corso ocupa una posición singular en la historiografía del conocimiento demo-etno-antropológico [1] italiano. Por un lado, se suele considerar su figura como decisiva, tanto positiva como negativamente, para el desarrollo institucional de estas disciplinas [2], mientras que, por otro lado, se suele destacar su papel periférico en la elaboración de un pensamiento original. Más allá de las diversas interpretaciones historiográficas, es innegable que Corso ha sido un protagonista fundamental de la historia de los estudios antropológicos italianos, a lo largo de por lo menos medio siglo. Sin embargo, Corso sigue siendo una figura difícil de situar, que hay que leer menos en términos de historia de las ideas que de una trayectoria sintomática de todos los límites y escollos sociológicos de una vida erudita en la península italiana de entreguerras y tras el fin del fascismo. Reconstruir su biografía junto con su trayectoria científica permite, por tanto, dar cuenta no sólo de su contribución a estas disciplinas, sino también del modo en que se han modificado las orientaciones del académico en función de los cambios históricos, científicos e intelectuales del país.

Nacido en Nicotera (1883), Calabria, Raffaele Corso se licenció en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nápoles, donde defendió una tesis sobre los proverbios jurídicos italianos. Este trabajo fue publicado en 1907 [3] en la revista Archivio per lo studio delle tradizioni popolari [Archivo para el Estudio de las Tradiciones Populares] de Giuseppe Pitrè, con quien entró en contacto gracias a la intercesión de Benedetto Croce [4]. En su tesis, Corso intenta argumentar que el género literario del proverbio es un elemento fundamental para el análisis del derecho consuetudinario, y que la investigación etnográfica en este campo, definida como “arqueología jurídica”, debería ocuparse principalmente del estudio de las supervivencias. En referencia a este último concepto, explica :

La supervivencia, al encontrar su razón de ser en la herencia social, no es algo aislado, inorgánico, sino que tiene un fundamento y una necesidad, tiene una función social y, en nuestro caso, jurídica. Satisface o corresponde a una necesidad popular ; una necesidad que es relativa al grado de civilización, y que es cambiante de época a época, de lugar en lugar. [5]

Para explicitar su acepción particular de supervivencia, Corso recurre en parte a las teorías evolucionistas, haciendo una alusión directa a Edward B. Tylor, postulando que los documentos jurídicos populares no son meros elementos del pasado. Al contrario, sin cuestionar la validez metodológica del estudio de las supervivencias, Corso busca destacar el valor social y cultural de tales documentos. De hecho, la “metodología etnográfica” tal como la define, que pretende reconstruir la evolución histórica de las usanzas jurídicas populares, es complementaria del estudio psicológico y simbólico de las mismas, es decir, de la forma en que se adaptan y transforman en las sociedades contemporáneas. Acepta el hecho de que deben considerarse como ámbitos separados, pero hace hincapié en que tanto el estudio de las supervivencias (“etnografía”) como el de las formas psíquicas (“psicología jurídica”) serían necesarios para el conocimiento sociológico del derecho y para el buen funcionamiento de las leyes estatales. En este sentido, Corso considera útil referirse a la teoría de la imitación de Gabriel Tarde [6], ya que “para penetrar en el pasado, es necesario observar una cantidad de aspectos simbólicos y tradicionales que se encuentran en los actos de imitación” [7].
En aquella tesis, por tanto, ya se entrevén los presupuestos teóricos que utilizará posteriormente Corso en el desarrollo de sus investigaciones. Su trabajo sobre los usos jurídicos representa una de las primeras ordenaciones teórico-metodológicas de la “etnografía jurídica”, disciplina que ya podía contar con un considerable interés en la segunda mitad del siglo XIX [8]. Corso retomará su interés por este campo en varias ocasiones [9].

En 1908 empezó a colaborar con el etnógrafo Lamberto Loria en la organización de la exposición de etnografía italiana en Roma (que se celebraría en 1911), ideada para conmemorar el cincuentenario de la unificación del país (1861). Corso fue uno de los principales encargados de recoger el material etnográfico de Calabria [10]. Junto con la exposición, Loria organizó el 1er congreso de etnografía italiana, también en Roma en 1911, y Corso participó con una ponencia sobre los ritos matrimoniales [11]. En esta comunicación, retoma en parte la metodología aplicada para su tesis, subrayando esta vez las teorías de los esquemas expuestos por el etnógrafo Arnold Van Gennep en su estudio sobre los ritos de paso [12]. En dicha ponencia, Corso desea renovar el campo del estudio de las costumbres nupciales superando el enfoque simbolista (Angelo De Gubernatis) y el evolucionismo positivista. Por otra parte, considera que “no hay que hacer [...] la ‘historia de las costumbres’, sino la ‘historia de los ritos nupciales’”, ya que “¿qué es un ritual sino la explicación de una creencia a través de una serie ordenada de actos sacramentales y solemnes ? De ahí la necesidad de contemplar lo ceremonial tal y como se despliega, ver el conjunto de las escenas en su sucesión sistemática” [13]. Aunque Corso no rechaza totalmente los planteamientos evolucionistas [14], su apertura a Van Gennep es una señal de su intento de desmarcarse de las corrientes antropológicas italianas –dominadas en aquel momento por un sesgo evolucionista– que prevalecían en el congreso de Roma y defendidas en particular por Loria. Debido a su posicionamiento, la ponencia de Corso recibe numerosas críticas por parte de los congresistas que no aprecian la apertura a las teorías del erudito francés [15].

A pesar de las críticas, la participación de Corso en el congreso le permitió hacerse más conocido en la comunidad etnográfica italiana [16]. En 1914 publicó en alemán Das Geschlechtleben [¡sic !] in Sitte, Brauch, Glauben und Gewohnheitrecht [¡sic !] des Italienischen Volkes [17] [La vida sexual en los usos y costumbres, en las creencias y en el derecho consuetudinario del pueblo italiano] con una introducción del etnólogo vienés Friedrich Salomon Krauss (1859-1938). Entre 1904 y 1913 Krauss dirigió un anuario dedicado a los estudios sobre la anthropophyteia, es decir, las costumbres sexuales y eróticas populares [18], entre cuyos colaboradores figuraban Giuseppe Pitrè y Franz Boas. El texto de Corso, que permaneció inédito en italiano hasta 2001, no tuvo el éxito esperado por el autor, ya que la anthropophyteia de Krauss fue prohibida en Alemania, acusada de ser material “indecente” y sexualmente explícito ; por ello, a pesar del mérito científico de la publicación, que se encuentra entre los primeros ejemplos en este campo, La vida sexual… tuvo una difusión limitada [19]. No obstante, el libro de Corso recibió una crítica favorable en Italia por parte de Aldo Mieli en la Rassegna di studi sessuali [20] [Revista de estudios sexuales], quien elogió su carácter innovador y expresó su deseo de ver pronto una edición italiana [21]. Corso tuvo la ocasión de presentar algunos trabajos en la Rassegna [22] y colaboró como asesor en la Sociedad fundada por Mieli, participando activamente en el 2do congreso de estudios sexuales que tuvo lugar en Nápoles [23] en 1924.

En un primer momento, el campo de los saberes etnográficos italianos parecía ser el único objeto de interés de Corso. Giuseppe Pitrè lo había considerado como su sucesor directo en la “cátedra” de demopsicología que había fundado y ocupado en la Universidad de Palermo. Con demopsicología, una clara alusión a la völkerpsychologie alemana, Pitrè se refería en particular al estudio de las tradiciones populares o, más en general, a la visión etnográfica de los pueblos europeos, un campo de estudio que en aquella época en Italia se denominaba a menudo “folklore”. Sin embargo, la enseñanza de la demopsicología nunca fue formalizada por el ministerio y cesó con la muerte de Pitrè, lo que llevó a Corso a abandonar la idea de recibir un cargo institucional en este campo [24].

Más tarde comenzó a dialogar con la escuela romana de antropología de Giuseppe Sergi, con el fin de estudiar las costumbres y tradiciones de los pueblos no europeos y africanos en particular. Publicó una serie de artículos en la Rivista di antropologia [Revista de antropología], órgano de la sociedad romana de antropología, en particular en relación con los ritos nupciales, lo que hizo que se especializara en este campo [25]. Este inicio en el estudio de la etnografía extraeuropea constituye un hito importante, ya que Corso puede acceder así a la docencia universitaria, obteniendo una cátedra libre en Roma en 1914 [26]. Años después, se convierte en miembro activo de la junta directiva de la Sociedad de Antropología. Sus éxitos en el campo de la etnografía extraeuropea se ven recompensados en 1921 cuando obtiene el cargo de etnografía africana en el Instituto Oriental de Nápoles.

El viraje de Corso hacia el estudio de los pueblos extraeuropeos puso de manifiesto el momento particular de crisis que atravesaban los estudios de etnografía italiana, puesto que, tras la muerte de Loria en 1912 y de Pitrè en 1916, ya no existían figuras centrales ni proyectos de envergadura. Fue el mismo Corso quien, a principios de los años veinte, intentó llenar el vacío dejado por sus predecesores proponiendo una serie de iniciativas encaminadas a normalizar la ciencia del “folklore”, término que prefería para designar el estudio de la etnografía italiana. En primer lugar, en 1923 publicó el libro Folklore. Storia, obbietto, metodo, bibliografia [27] [Folklore. Historia, objeto, método, bibliografía], con la intención de dar una orientación teórica y metodológica a los aspirantes a convertirse en investigadores italianos. Fue el primer manual sobre el “folklore” publicado en Italia, y entre los objetivos de Corso figuraba distinguir claramente la disciplina que él definía como “etnografía” del “folklore” propiamente dicho. A su entender ambas disciplinas se ocupan del estudio de supervivencias, de acuerdo con los criterios establecidos por la antropología evolutiva de Edward Burnett Tylor. Sin embargo, frente a este elemento en común plantea que existen dos diferencias decisivas. La primera tiene que ver con un criterio geográfico : el folklore se ocuparía de todos los aspectos de la vida de lo que él define como el popolino [la gente común], es decir, las clases populares (urbanas o rurales) de las sociedades “civilizadas” ; la etnografía en cambio se centraría principalmente en los pueblos no europeos. El segundo criterio atañe a la naturaleza temporal distinta de los objetos etnográficos y folklóricos : los primero estarían definitivamente vinculados a una condición arcaica y prehistórica, es decir, constituirían simplemente supervivencias culturales de épocas remotas, incompatibles con la lógica de la sociedad moderna. Los segundos, en cambio, al estar geográficamente más próximos a la civilización moderna, estarían influidos por la evolución de ésta y, por tanto, gozarían de un nivel de compatibilidad superior al de los pueblos “primitivos”, pero inferior al de las clases altas de las sociedades modernas [28].
La propuesta teórica de Corso se redefine aún más en otro volumen publicado en 1927, titulado Reviviscenze. Studi di tradizioni popolari [29] [Reviviscencias. Estudios sobre las tradiciones populares], en el que introduce el concepto de “reviviscencia” que, según él, debería situarse junto al concepto de supervivencia. Existiría una diferencia temporal y lógica entre ambos términos. De hecho, sólo la reviviscencia sería capaz de adaptarse a la contemporaneidad, ya que, aunque vinculada a un pasado lejano, conservaría su lógica y un papel funcional en la vida de la comunidad. La supervivencia, en cambio, permanecería fundamentalmente ligada a su dimensión ancestral, sin posibilidad de compatibilizarse con los mecanismos de la sociedad contemporánea [30].
El proceso de institucionalización continuó con la fundación de la revista Il folklore italiano. Archivio trimestrale per la raccolta e lo studio delle tradizioni popolari italiane [31] [El folklore italiano. Archivo trimestral para la recopilación y el estudio de las tradiciones populares italianas], con la que pretende constituir un punto de referencia para la comunidad de investigadores italianos. La revista, dirigida por el propio Corso, ofrece estudios y ensayos sobre tradiciones populares así como artículos y reseñas sobre las últimas iniciativas en el campo de la etnografía italiana. Entre los colaboradores figuran reconocidas personalidades como Giovanni Giannini, Giuseppe Cocchiara, Giuseppe Vidossi, Carmelina Naselli y Raffaele Lombardi Satriani. Il folklore italiano cambió de nombre en 1935 como consecuencia de las imposiciones lingüísticas del régimen fascista que prohibían el uso de palabras de origen extranjero, tal como “folklore”, manteniendo únicamente el subtítulo (Archivio trimestrale...). Debemos subrayar que Corso era un lector atento y que, gracias a sus reseñas de esta y otras revistas, dio a conocer a los lectores italianos numerosas obras de etnografía internacional [32].

En la década de 1920, por tanto, Corso se posicionó como una de las figuras más importantes de la etnografía italiana. Precisamente con el objetivo de dotar a esta disciplina de una sólida base institucional, junto a Giuseppe Cocchiara tomó la iniciativa de organizar el 1er congreso nacional de tradiciones populares, que se celebró en Florencia en 1929. En la organización del congreso participaron numerosas personalidades científicas y políticas de la época, que se reunieron en el seno del Comité Nacional de Tradiciones Populares, creado para los trabajos del congreso y del cual Corso fue nombrado presidente.
Sin embargo, como ha reconstruido Alessandro D’Amato, el papel de Corso en el seno del comité pronto se vio mermado, al tal punto que a principios de 1929 dimitió de su presidencia [33]. Las razones de su dimisión son múltiples y aquí sólo mencionaremos algunas de ellas. En primer lugar, lo contrarió la participación de investigadores como Raffaele Pettazzoni. La rivalidad entre ambos había surgido años antes, durante la redacción de la Enciclopedia Italiana [34]. Corso consideraba que el nombramiento de Pettazzoni a cargo de las entradas folklóricas de la enciclopedia carecía de fundamento, ya que él era quien debería encargarse de esos temas [35]. En segundo lugar, el Comité proponía lanzar una nueva revista (Lares [36]) una vez finalizado el congreso, mientras que Corso habría preferido darle un mayor protagonismo a Il folklore italiano. Por último, el Comité eliminó algunas secciones del congreso propuestas por él, tales como aquella dedicada al “folklore erótico” [37]. Una vez abandonado el Comité, Corso integró, en carácter de director, el Instituto “Niccolò Tommaseo”, que estudiaba las tradiciones populares y la poesía dialectal [38]. Más tarde, participó en el II Congreso Internacional de Tradiciones Populares de Amberes, celebrado del 28 de agosto al 7 de septiembre de 1930, como ponente del Comité Italiano de Artes Populares [39]. Sin embargo, a partir de ese momento su influencia en el ámbito de los estudios etnográficos italianos empezó a menguar. Corso ya no tendría la centralidad que tuvo durante la década de 1920 y esto se debió también a la decisión de las autoridades fascistas de organizar todas las actividades relacionadas con el estudio de la cultura popular bajo la Opera Nazionale Dopolavoro, convirtiendo de hecho a la revista Lares en el órgano oficial de la propaganda de la etnografía italiana fascista [40]. Por otra parte, a pesar de su posición institucional, la contribución de Corso a los preparativos de la Exposición de tradiciones populares prevista en el marco de la Exposición Universal de Roma de 1942 [41] fue mínima. Digna de mención es, en cambio, su presencia en el Congreso de Tradiciones Populares celebrado en París en 1937, a pesar de que la participación italiana fue muy limitada [42].

En este mismo periodo, Corso asumió una posición más importante en el panorama italiano de la etnografía extraeuropea, sobre todo por el hecho de que en 1933 fue nombrado titular de la cátedra de etnografía del Instituto Oriental de Nápoles [43]. Su función académica se vio especialmente favorecida por la política colonial del régimen, ya que éste se apoyaba en gran medida en el conocimiento de las ciencias del Hombre para administrar los territorios de ultramar [44]. Debido a la necesidad de conocer los territorios coloniales, Corso tuvo la oportunidad de realizar su única investigación de campo en un territorio no europeo. En febrero de 1935 viajó a Libia, concretamente a la cuenca del Gat, para estudiar las costumbres y tradiciones de los tuaregs en una misión apoyada y financiada por el Ministerio de Educación Nacional y el gobierno colonial de Libia [45].
Como ya anunciaba en 1916 en un artículo en la Rivista Coloniale [46] [Revista Colonial], para Corso la etnografía es una disciplina estrechamente ligada a la historia del colonialismo ya que “la expansión del mundo colonial [ha] suscitado la descripción y estimulado el conocimiento de los dominios de los Estados europeos” [47]. Casi se podría decir que Corso subordina la experiencia etnográfica y el estudio de los pueblos en situación colonial a la voluntad política del colonialismo italiano y, en este sentido, sienta las bases para la definición de un paradigma de una “antropología de Estado”. De hecho, Corso se encuentra en gran medida implicado en las iniciativas del régimen fascista al punto tal de que es nombrado por Mussolini miembro del Consejo Superior de Demografía y Raza [48] y desempeña un papel decisivo en la redacción del segundo manifiesto de la raza [49]. Entre los acontecimientos más destacables de este periodo señalaremos la presencia de Corso en el VIII Congreso “Alessandro Volta” (Roma, 1938) centrado sobre el tema de África, en la que Corso analizó la relación entre colonos y “nativos”, haciendo hincapié en las diferencias raciales entre ambos grupos [50].
En 1941 publicó el manual Etnografia. Prolegomeni [51] [Etnografía. Prolegómenos], reeditado posteriormente en varias ediciones, con el objetivo de proporcionar un instrumento didáctico a los estudiantes universitarios.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Corso reanudó la publicación de su propia revista bajo el título Folklore. Rivista di tradizioni popolari [Folklore. Revista de Tradiciones Populares], que duró hasta 1959. No cambió de orientación con respecto al período de entreguerras y hubo algunas colaboraciones internacionales de considerable interés, mencionaremos aquí sólo algunos : Charles Speroni [52], Tobías Rosemberg [53], Verissimo De Melo [54] y Mário Ypiranga Monteiro [55]. Paralelamente, Corso tuvo su reconocimiento en la escena internacional. Por ejemplo, pasa a formar parte de la comisión del Club Internacional de Folklore, fundado por el etnógrafo brasileño Verissimo De Melo con el objetivo de reunir a estudiosos de diferentes continentes. Aunque fue invitado, por motivos de salud no pudo participar en el Congreso Internacional de Folklore, celebrado en São Paulo en 1954 [56].

En Argentina, la obra de Corso constituye una referencia importante para los estudios etnográficos del país al punto tal que la sociedad de folklore de Tucumán tomó la iniciativa de rendirle homenaje al investigador calabrés [57]. La obra Folkloristas e instituciones folklóricas del mundo de Félix Coluccio cuenta con una introducción de Corso [58]. Asimismo, en 1966 en Argentina se tradujo [59] el manual Folklore, bajo el sello de la editorial de la Universidad de Buenos Aires [60]. Además, Corso es el único estudioso italiano importante que publica en la revista Runa. Archivo para las ciencias del hombre, fundada por el antropólogo José Imbelloni, con quien dialoga en el marco de un intercambio recíproco de información entre ambos países [61].

En Italia no le faltaron actividades importantes : Corso presidió el Congreso de Estudios Etnográficos (1952) y el Congreso de Etnografía y Folklore del Mar (1954), ambos celebrados en Nápoles [62]. En 1953 publicó la cuarta edición del manual Folklore, versión enriquecida con nuevos apéndices [63]. En 1949, formó parte de la comisión que asignó las primeras cátedras de historia de las tradiciones populares a Carmelina Naselli, Paolo Toschi y Giuseppe Cocchiara, respectivamente. Pero la creación de las cátedras de tradiciones populares representa también el momento en que la cátedra de etnografía de Corso pierde el papel central que había desempeñado en las décadas anteriores [64]. Prueba de ello es que, si bien Corso formó parte del Comité del 5to congreso de tradiciones populares (Turín, 1948), no estuvo presente ni en el 6to (Cagliari, 1956) ni en el 7mo (Chieti, 1957).

La marginación de Corso se debe también a los debates con los nuevos académicos de la historia de las tradiciones populares, en particular Giuseppe Cocchiara y Paolo Toschi. Con respecto al primero, Corso le reprochó que lo omitiera deliberadamente de su obra Storia del folklore in Europa [65] [Historia del folklore en Europa], a pesar, según él, de su reputación internacional [66]. Influenciado por la filosofía de Benedetto Croce, Cocchiara reconstruye una historia de los estudios folklóricos en Europa según la línea interpretativa del historicismo idealista en la que es el propio Croce quien representa el periodo más reciente de dichos estudios, mientras que a Corso ni siquiera se lo menciona [67]. El acercamiento a Croce y el distanciamiento de Corso se ratifica más tarde cuando, durante el sexto congreso de tradiciones populares en Cerdeña [68], Cocchiara pronuncia una comunicación con el elocuente título, “Le tradizioni popolari sono preistoria contemporanea ?” [¿Las tradiciones folklóricas son acaso prehistoria contemporánea ?] [69], en la que excluye cualquier intento de considerar el documento folklórico en términos de supervivencia y critica así el enfoque expuesto por Corso en su manual.

En cuanto a Toschi, el debate surgió tras la publicación de su libro Romagna tradizionale [70]Romaña tradicional], editado y publicado en 1952 por el propio Toschi. Corso escribió una reseña crítica sobre él en la que subrayaba ciertos errores [71]. Toschi contraatacó con una larga réplica que apareció en la revista que dirigía, Lares, en la que primero exponía las distintas reseñas positivas que había recibido en Italia y luego argumentaba punto por punto contra las críticas de Corso [72]. Corso por su parte insistió replicando desde las páginas de su revista destacando el hecho de que Toschi no cita su obra, en particular su manual [73]. Toschi desafía lapidariamente a su adversario mediante un artículo salaz « Un folklorista di ieri » [74][“Un folklorista del ayer”], cuyo título subraya elocuentemente el declive de la figura de Corso [75].

Sin embargo, hay que recordar que la marginalización de Corso no se debe únicamente a las críticas de sus contemporáneos, sino también a la refundación disciplinar de la etnografía en la Italia posterior a la Segunda Guerra Mundial. La visión estética y nacional de las tradiciones populares propuesta por Corso, en la que la necesidad de una “ciencia del folklore” se considera una realidad sic et simpliciter de las naciones modernas, se vio pronto superada por la aparición de nuevos enfoques, como el pensamiento de Antonio Gramsci o la investigación meridionalista de Ernesto De Martino, más orientados hacia el análisis social e histórico de la cultura popular [76]. A ello se añade el hecho de que no dejó un legado sólido en el contexto italiano, una “escuela” cuya memoria hubiera podido dar relieve a su obra, a pesar de sus afirmaciones en sentido contrario [77].

Corso murió en Nápoles en 1965. El Museo de Etnografía y Folklore de Palmi (Calabria) lleva su nombre.




[1Esta es la definición del saber antropológico y etnográfico que se utiliza en Italia. Sobre este punto, véase Giordana Charuty, « Histoires croisées de l’anthropologie italienne (XIXe-XXIe siècle) », en Bérose - Encyclopédie internationale des histoires de l’anthropologie, París, 2019.

[2Cfr. Enzo Vinicio Alliegro, Antropologia italiana. Storia e storiografia (1869-1975), Firenze Seid, 2011.

[3Más concretamente, la obra se publica en dos partes, en 1907 y 1909 : Raffaele Corso, « Proverbi giuridici italiani », Archivio per lo studio delle tradizioni popolari, XXIII, 1907, p. 484-506 e XXIV, 1909, p. 110-130.

[4Cfr. Marina Santucci, « Corso, Raffaele », in Dizionario Biografico degli Italiani, Roma, Treccani, v. 83, 1982. https://www.treccani.it/enciclopedia/raffaele-corso_%28Dizionario-Biografico%29/.

[5Raffaele Corso, « Proverbi giuridici italiani », op. cit., 1907, p. 488. Mi traducción. Todas las traducciones son del autor, salvo que se indique lo contrario.

[6{}Gabriel Tarde, Les transformations du droit : étude sociologique, París, Félix Alcan, 1893.

[7Raffaele Corso, « Proverbi giuridici italiani », op. cit., 1907, p. 490.

[8Cfr. Patrizia Resta, « Una storia reietta. Consuetudini giuridiche e pratiche locali alla fine del XIX
secolo », in E. Imbriani, (ed.), Atti del Convegno Sud e nazione. Folklore e tradizione musicale nel Mezzogiorno d’Italia, Lecce, Università del salento, 2013, p. 11-32.

[9Véase también Raffaele Corso, « Proverbi giuridici italiani », Rivista italiana di sociologia, 1916, XX, p. 531-592.

[10Cfr. Luigi M. Lombardi Satriani y Annabella Rossi, Calabria 1908-10. La ricerca etnografica di Raffaele Corso, Roma, De Luca, 1973 ; Antonello Ricci, « Lamberto Loria e la fotografia. Il Corpus d’immagini calabresi della raccolta di Raffaele Corso », in Annamaria Giunta (ed.), L’eredità di Lamberto Loria (1855-1913). Per un museo nazionale di etnografia, Firenze, Olschki, 2019, p. 173-182.

[11Raffaele Corso, « Sullo studio dei riti nuziali », in Atti del primo congresso di etnografia italiana. Roma, 19-24 ottobre 1911, Perugia, Unione tipografica cooperativa, 1911, p. 79-89. Corso también desarrolla estas cuestiones en un largo artículo, « I doni nuziali : studio critico-comparato », publicado en Revue d’ethnographie et de sociologie, II, 1911, p. 228-254, diretta da Arnold Van Gennep.

[12Arnold Van Gennep, Les rites de passage. Étude systématique des rites, París, Nourry, 1909.

[13Raffaele Corso, « Sullo studio dei riti nuziali », op. cit., p. 82.

[14Cfr. Sandra Puccini, « Evoluzionismo e positivismo nell’antropologia italiana (1869-1911) » in Pietro Clemente, Anna R. Leone, Sandra Puccini et autres, L’antropologia italiana. Un secolo di storia, Bari-Roma, Laterza, 1985, p. 97-149.

[15Esta historia se reconstruye en Sandra Puccini, « Evoluzionismo e positivismo nell’antropologia italiana (1869-1911) » in Pietro Clemente, Anna R. Leone, Sandra Puccini et autres, L’antropologia italiana. Un secolo di storia, Bari-Roma, Laterza, 1985, p. 97-149.

[16Añadamos que, en 1912, Corso se inició en la masonería en la logia Nicotera. Cfr. Vittorio Gnocchini, L’Italia dei liberi muratori. Brevi biografie di Massoni famosi, Roma-Milano, Erasmo-Mimesis, 2005, p. 84.

[17El libro fue traducido posteriormente en italiano : Raffaele Corso, La vita sessuale nelle credenze, pratiche e tradizioni popolari italiane, Firenze, Olschki, 2001.

[18Cfr. Lutz Röhrich, « Il contributo di Corso alla sessuologia di Krauss », in Raffaele Corso, La vita sessuale, op. cit., p. V-XVIII.

[19Cfr. Ibid.

[20La Rassegna di studi sessuali fue fundada en 1921 por Aldo Mieli (1879-1950) como órgano oficial de la « Sociedad Italiana para el Estudio de las Cuestiones Sexuales ». Con el nacimiento de la revista y de la sociedad, Mieli pretendía innovar los estudios sobre sexualidad y, en particular, reformar el pensamiento que concebía la homosexualidad en términos patológicos. Dirigió la revista hasta 1928 cuando, debido al activismo político y al ostracismo del fascismo hacia sus estudios, Mieli se exilió primero a Francia y después, en 1939, a Argentina. Cfr. Ferdinando Abbri, « Mieli, Aldo », in Dizionario Biografico degli Italiani, 74, 2010, https://www.treccani.it/enciclopedia/aldo-mieli_(Dizionario-Biografico) ; Francesco Paolo De Ceglia, « Tra psyché e soma. Il dibattito italiano sull’omosessualità maschile », in Alessandro Volpone e Giovanni Destro Bisol (eds.), Se vi sono donne di genio. Appunti di viaggio nell’Antropologia dall’Unità d’Italia a oggi, Roma, Università La Sapienza, 2011, p. 122-132.

[21Cfr. Aldo Mieli, « R. Corso, Das Geschlechtleben in Sitte, Brauch, Glauben und Gewohnheitrecht des Italienischen Volkes », Rassegna di studi sessuali, II, 6, 1922, p. 367-374.

[22Raffaele Corso, « Il bacio nei canti popolari italiani », Rassegna di studi sessuali, III, 6, p. 369-376 ; id., « Trinoctium castitatis », Rassegna di studi sessuali, IV, 1, 1924, p. 1-7.

[23La ponencia presentada al congreso es publicada en Raffaele Corso, « I pregiudizi sessuali del popolo italiano », Rassegna di studi sessuali e di eugenica, IV, 3, 1924, p. 148-157.

[24Cfr. Enzo V. Alliegro, Antropologia italiana. Storia e storiografia (1869-1975), Firenze, Seid, 2011.

[25Véase algunos artículos de Corso en la Rivista di antropologia, « Nozze marocchine », XIX, 1914, p.321-326 ; « Per l’anthropophyteia », XIX, 1914, p. 343-346 ; « La moneta nuziale », XIX, 1914, p. 695-703 ; « Costumi tibetani. I Rosari », XIX, 1914, p. 673-680 ; « Il ceppo nuziale. Saggio critico comparato », XX, 1915-1916, p. 2-13 ; « Sulla “Transplantatio Ramicis” », XXI, 1916-1917, p. 203-213 ; « La genesi di un pregiudizio (i nei materni) », XXII, 1917-1918, p. 77-90 ; « Il “Wampum” nelle cerimonie nuziali algonchine », XXIII, 1919, p. 273-277 ; « Folklore. Dall’etimologia alla definizione », XXIV, 1920-1921, p. 439-450.

[26Esta noticia se encuentra en Rivista di antropologia, XIX, 1914, p. 756.

[27Raffaele Corso, Folklore. Storia, obbietto, metodo, bibliografia, Roma, Leonardo Da Vinci, 1923. Obsérvese que el volumen se publica en la misma editorial que la Rassegna di Studi Sessuali.

[28Cfr. Raffaele Corso, Folklore…, op. cit., p. 18.

[29Raffaele Corso, Reviviscenze. Studi di tradizioni popolari, Catania, Guatolini, 1927.

[30Ibid., p. VIII.

[31La revista se fundó en 1925 y dejó de publicarse en 1941.

[32Entre las revistas en las que Corso escribió activamente, además de las que dirigió, figuran las Rivista italiana di sociologia, Rivista di antropologia, Bilychnis. Rivista mensile di studi religiosi.

[33Cfr. Alessandro D’Amato, « Vicende storiografiche e dinamiche del I Congresso Nazionale delle Tradizioni Popolari (Firenze, 8-12 maggio 1929 », Storia, antropologia e scienze del linguaggio, XVII, 1-2, 2012, p. 129-166.

[34La Enciclopedia Italiana di Scienze, Lettere ed Arti (Enciclopedia Italiana de Ciencias, Letras y Artes) se creó por iniciativa de Giovanni Gentile y con el apoyo del Instituto Giovanni Treccani, fundado en Roma en 1925. El primer volumen apareció en 1929. Cfr. Vincenzo Cappelletti e Gabriella Nisticò, Enciclopedia Italiana, V, 1992, https://www.treccani.it/enciclopedia/enciclopedia-italiana_%28Enciclopedia-Italiana%29/.

[35Finalmente, Corso consiguió el trabajo de editar las entradas sobre el folklore, aunque dentro de la sección de historia de las religiones, dirigida por Pettazzoni. Sobre estos hechos, véase Gianni Dore, « La sezione etnologica della Enciclopedia Italiana nel carteggio dell’archivio storico Treccani », in Centro culturale francese, Dal museo al terreno. L’etnologia francese e italiana degli anni trenta, Franco Angeli, Milano 1987, 225-238 ; D. Cioni, « Etnologia nell’Enciclopedia Italiana », Il Veltro, 5-6, XXXV, settembre-dicembre 1991, 569-574 ; Id., « Osservazioni sul rapporto tra folklore, storia delle religioni ed etnologia nell’Enciclopedia Italiana », Il Veltro, 1-2, XXXIX, gennaio-aprile 1995, 156-162. De hecho, Corso colabora en muchas otras entradas de la Enciclopedia, entre ellas : « Antropofagia », « Carnevale », « Covata », « Leggenda », « Schiavitù », « Superstizione », « Tatuaggio », « Vendetta », por citar sólo algunas.

[36La revista Lares es la sucesora de la revista fundada por Lamberto Loria en 1912 y que dejó de publicarse en 1915. Cfr. Fabio Dei, « Lares : una rivista nella storia dell’antropologia italiana », in Bérose - Encyclopédie internationale des histoires de l’anthropologie, Paris, 2020.

[37En una carta dirigida a Giuseppe Cocchiara el 7 de agosto de 1928, Corso señalaba la dificultad que existía en Italia para tratar los temas eróticos del folklore, y escribía : “El artículo ‘L’obscenità negli indovinelli’ (La obscenidad en las adivinanzas) me recuerda a otro del mismo título de Pitrè publicado en los archivos (XV, 1826) y reproducido más tarde en el volumen Indovinelli. etc. de la Bibl. delle Trad. Pop., aunque diferente en contenido y observaciones críticas. Pero a pesar de sus méritos, no le ocultaré que dudo en publicarlo en el Folkl. Italiano en este momento. El Comité de Florencia ha suprimido la sección erótica, o más bien ética, del Folklore, y yo debo abrirla en la revista ? No es prudente ir contracorriente [...]. Me gustaría proponer su envío a la Rassegna di Studi Sessuali [...], en la que publiqué, hace años, los artículos sobre el beso, sobre los prejuicios sexuales, sobre las tres noches de castidad.” La correspondencia de Corso a Cocchiara se conserva en la Biblioteca “Giuseppe Pitrè” de Palermo.

[38Las actas del Instituto Niccolò Tommaseo pueden encontrar en Il Giornale di Politica e Letteratura (1925-1943) editado por Umberto Biscottini. En 1929, el Instituto pasó a depender de los Fasci all’estero.

[39Cfr. Raffaele Corso, « Il secondo congresso internazionale di arti popolari », Il Giornale di Politica e Letteratura, VI, 10-11, 1930, p. 934-943. El Comité Italiano de Artes Populares se creó como sección italiana del Comité Internacional de Artes Populares de la Sociedad de Naciones.

[40Este momento también se manifiesta en la desconfianza de Corso hacia los académicos más jóvenes, como Paolo Toschi y Giuseppe Cocchiara, cfr. Gian Luigi Bruzzone, « Raffaele Corso e Giovanni Giannini », Lares, 71, 1, 2005, p. 169-183.

[41Según la documentación de los Archivos Centrales del Estado, Corso sólo colaboró una vez con la Comisión del museo, como experto en tradiciones populares. Esta documentación se encuentra hoy publicada en Stefania Massari, Arti e tradizioni. Il museo nazionale dell’Eur, Roma, De Luca, 2004.

[42Cfr. Maurizio Coppola, « Folkloristi italiani al congresso internazionale di folklore di Parigi (1937) », Mosaico, VI, 2019, p. 86-91.

[43Cfr. Enzo Alliegro, Antropologia italiana, op. cit., p. 213-215.

[44Véase su este tema, Gianni Dore, Amministrare l’esotico : l’etnografia pratica dei funzionari e dei missionari nell’Eritrea coloniale, Padova, CLEUP, 2017.

[45El relato del viaje puede consultarse en Raffaele Corso, « Fra i Tuàregh della conca di Gat (Relazione delle richerche compiute dalla missione etnografica) », Bollettino geografico, 8, 1935, p. 7-22.

[46Raffaele Corso, « L’etnografia scienza politica e coloniale », Rivista coloniale, XI, 3-4, 1916, p. 178-189.

[47Ibid., p. 178.

[48El Consejo Superior de Demografía y Raza o más sencillamente “Demorazza”, se creó en 1938 en el Ministerio del Interior. Cfr. Aaron Gillette, Racial Theories in Fascist Italy, London/New York, Routledge, p. 88-89.

[49En 1938 se publicó en la mayoría de los periódicos italianos el manifiesto de la raza, en el que se exponían los criterios teóricos de la política racial del régimen. Sin embargo, Mussolini ordenó la redacción de un segundo manifiesto, que ha permanecido inédito, con la intención de indicar una « vía italiana » al racismo, menos vinculada al racismo biológico de matriz nazi. Cfr. Leonardo Piasere, « Il nuovo manifesto fascista della razza (1942) », Lares. Rivista quadrimestrale di studi demoetnoantropologici, LXXVII, 2-3, p. 433-372.

[50Se puede encontrar un análisis del congreso in Mariannita Lospinoso, « Gli studi etnologici in Italia all’epoca della conquista etiopica l’VIII convegno « A. Volta », in Matrici culturali del fascismo, Bari, Università di Bari, 1978, p. 225-244.

[51Raffaele Corso, Etnografia. Prolegomeni, Napoli, Pironti, 1941.

[52Charles Speroni (1911-1984) profesor y fundador del Departamento de Estudios Italianos de la Universidad de California en Los Ángeles.

[53Tobías Rosemberg (1911-1960), fundador de la Asociación Tucumana de Folklore (Argentina).

[54Verissimo de Melo, (1921-1996), periodista y profesor de etnografía en la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (Brasil), fundador del Instituto de Antropología de la misma universidad.

[55Mário Ypiranga Monteiro (1909-2004), profesor de literatura amazónica en la Universidade do Amazonas de Manaus (Brasil).

[56Cfr. « El congreso internacional de folklore », Boletín de la asociación tucumana de folklore, V, III, 55-56, 1954, p. 49-50 ; « Congregó a destacados folkloristas del mundo la reunión de San Pablo », Boletín de la asociación tucumana de folklore, V, III, 55-56, 1954, p. 50-52.

[57Cfr. « Homenaje al profesor Raffaele Corso », Boletín de la Asociación tucumana de folklore, II, 1, 21-22, 1952, p. 220-221. Asimismo, recordemos el homenaje rendido en la Revista de Antropología y Ciencias Afines publicada por el Instituto ÉEtnico del Norte Argentino (Universidad de Tucumán), dirigido por Branimiro Males, cf. « Las Columnas. Rafaelo Corso », Revista de Antropología y Ciencias Afines, I, 1952-53, p. 117-120.

[58Felix Coluccio, Folkloristas e instituciones folklóricas del mundo, Buenos Aires, El Ateneo, 1951. El prefacio de Corso se encuentra en las páginas 13-15.

[59Raffaele Corso, El folklore, Buenos Aires, Eudeba, 1966. La edición traducida del manual es la cuarta : Raffaele Corso, Folklore. Storia, obbietto, metodo, bibliografia, Napoli, Pironti, 1953.

[60En realidad, estaba previsto publicar los manuales de Folklore y Etnografia de Corso en la colección Biblioteca de Etnografía y Folklore, dirigida por Tobías Rosemberg y de la editorial Raigal de Buenos Aires.

[61Raffaele Corso, « La Couvade y su interpretación », Runa. Archivo para las ciencias del hombre, IV, 1953-1954, p. 133-141. Para un estudio sobre la relación entre la revista Runa y Italia, cfr. Axel Lazzari, « “Una gran revista mundial”. Runa y las prácticas de internacionalización de la Antropología argentina en tiempos de nacionalismo peronista (1948-1955) », Runa. Archivos para las ciencias del hombre, 43, 3, 2022, p. 99-140.

[62Cfr. Ente autonomo mostra d’oltremare e del lavoro italiano nel mondo, Atti del Congresso di studi etnografici italiani. Napoli, dal 16 al 20 settembre 1952, Napoles, Pironti, 1953 ; id., Congresso internazionale di etnografia e folklore del mare. Napoli, 3-10 ottobre 1954, Napoles, Arte tipografica, 1957.

[63Raffaele Corso, Folklore. Storia, op. cit., 1953.

[64Como ha demostrado Fabio Mugnaini, al final de la guerra, la cátedra de etnografía de Corso fue investigada por la comisión de depuración de la universidad porque, en 1932, lo habían nombrado directamente profesor de etnografía sin pasar por un procedimiento de selección. En 1946, para defender su puesto, Corso recurrió directamente al Ministro de Educación y consiguió conservar su cátedra. fr. Fabio Mugnaini, « Il silenzio dei giganti. La rimozione del folklore di regime nella storia degli studi », Lares. Rivista quadrimestrale di studi demoetnoantropologici, LXXXVII, 2-3, 2021, p. 183-227.

[65Giuseppe Cocchiara, Storia del folklore in Europa, Torino, Einaudi, 1952.

[66Cfr. Raffaele Corso, « Per la “storia del folklore in Europa” di Giuseppe Cocchiara », Folklore. Rivista di tradizioni popolari, VII, III-IV, 1952-1953, p. 56-58.

[67Cfr. Enzo Vinicio Alliegro, Antropologia italiana..., op. cit., p. 381-382.

[68El congreso se celebró en varias ciudades, principalmente Cagliari, Nuoro y Sassari.

[69Giuseppe Cocchiara, « Le tradizioni popolari sono preistoria contemporanea ? », Lares, 22, 1956, p. 36-39.

[70Paolo Toschi, (dir.), Romagna tradizionale. Usi e costumi, credenze e pregiudizi, Bologna, Cappelli, 1952.

[71Cfr . Raffaele Corso, « Romagna tradizionale », Folklore. Rivista di tradizioni popolari, VII, 3-4, 1952-1953, p. 62-62.

[72Cfr. Paolo Toschi, « Romagna tradizionale », Lares, 19, 1953, p. 147-152.

[73Cfr. Raffaele Corso, « Per una recensione », Folklore. Rivista di tradizioni popolari, VIII, 3-4, 1953-1954, p. 115-117.

[74Cfr. Paolo Toschi, « Un folklorista di ieri », 20, 3-4, 1954, p. 183. A esto, Corso responde una última vez, « Al Prof. Toschi », Folklore. Rivista di tradizioni popolari, IX, 3-4, 1954-1955, p. 113-114.

[75El debate se reconstruye en Enzo Vinicio Alliegro, Antropologia italiana..., op. cit., p. 384-386.

[76Esta es la crítica que le hace Alberto Mario Cirese in Cultura egemonica e culture subalterne. Rassegna degli studi sul mondo popolare tradizionale, Palermo, Palumbo, 1973, 2e ed., p. 196-197.

[77Cfr. Raffaele Corso, « Per la “storia del folklore in Europa”... », op. cit.